viernes, 7 de diciembre de 2012

Capítulo 6. Siempre supe que teníamos fecha de caducidad.

Me quedé en shock, no esperaba que Harry me dijera eso. No me lo esperaba. Tampoco sabía que debía decirle, me moría de ganas de besarle, pero no podía. No quería hacerle daño a Drake de semejante forma. Lo hubiera dado todo por no haber tenido novio en aquel momento, por poder estar con Harry para siempre. Sentía que me moría por sus huesos, no podía más. Le necesitaba, en aquel momento me di cuenta de que estaba enamorada de él. El tiempo que pasé en silencio me parecieron horas pero creo que no llegaron a los veinte segundos. Cuando al fin me decidí a decirle algo sonó mi teléfono, era Drake, que oportuno.
-¿Que pasa?-dije.
-Tengo ya el coche listo, ¿Bajas?
-Sí, voy ahora.-dije secamente.
Colgué el teléfono y me fui despidiéndome de Harry con la mano, bajé al aparcamiento lo más rápido que pude, me subí al coche. No pronuncié palabra durante todo el trayecto, escuché como Drake me contaba los planes de su empresa y todo eso, me limitaba a asentir con la cabeza, tampoco estaba escuchando nada de lo que me decía porque no me interesaba lo más mínimo. Realmente no creí que le fuera a decir nada de lo que le dije un rato después. Cuando llegamos a casa nos fuimos a dormir sin decir nada, noté como Drake se extrañaba de mi actitud tan fría y distante.

Cuando me levanté por la mañana fui a la cocina, ya estaba allí Drake, sorprendentemente seguía con el pijama. Algo raro. Me senté en la mesa frente a él y comencé a tomar una galleta sin decir nada.
-¿Estás bien?-dijo Drake.
-No, no estoy bien, estoy harta de esta relación, harta de que nunca estés en casa, de que nunca estés para mí, harta de que tu no quieras pasar tiempo conmigo, harta de que creas que puedes tenerme si me compras diamantes, es preciosísimo todo lo que haces por mí pero esto no funciona Drake, estás siempre trabajando y yo siempre estoy sola, paso menos de 4 horas diarias junto a ti si no contamos el tiempo que dormimos. Quisiera poder seguir así algo más de tiempo pero no puedo, creo que esto se ha acabado.
-Creo que debería empezar a recoger mis cosas.
Drake se levantó y se fue a recoger sus cosas. Me preparé un café mientras pensaba en todo lo que perdería por eso que acababa de decir. Cuando terminé de desayunar subí a la habitación y vi a Drake apoyado en el marco de la puerta.
-Drake.
-¿Qué?
-Quiero que sepas que yo quiero seguir siendo alguien en tu vida.
-Me gustaría, pero no sé-dijo él mirándome.-, tengo mucho trabajo y probablemente ahora me vaya a América.
-Pero ¿Podemos mantener el contacto?
-Pues claro.-dijo él.-será distinto pero mantendremos el contacto. ¿Puedo preguntarte una cosa?
-Claro que puedes, creo que si es algo sobre como he llegado a esta decisión debo decírtelo porque te lo mereces.
-Pues es incómodo...
-Cuéntamelo-dije.
-¿Me dejas por otro?
-No estoy segura de por qué te dejo, me gusta un chico sí, pero realmente mi decisión también tiene que ver con que tu te pasas todo el tiempo trabajando.
-¿Es por mi trabajo?
-Un poco, aunque también es porque es monótono.
-Comprendo. Sinceramente yo también empezaba a sentir que las cosas se venían abajo.
-Aun así quiero que sepas que siempre serás el primer chico del que me enamoré, el primer chico con el que... ya sabes...
-Sí, ya sé-dijo él riendo.
-Eres el primero con el que viví y nunca te olvidaré porque eres único. Y algún día alguna chica preciosa que te querrá mucho compartirá su vida contigo y entonces sabrás que ella es la indicada y no yo porque somos demasiado diferentes, creo que a pesar de que en ciertas cosas nos complementamos y encajamos bien en otras no podemos compartirlas.

Noté su mirada sobre mí, ahora sabía por qué me miraba así, la noche anterior me había regalado un collar de diamantes, y sinceramente creí que debía devolvérselo. Me levanté y fui hacia la cómoda donde tengo, aun hoy, todos mis joyeros, abrí uno negro forrado en cuero y saqué de uno de esos pequeños cajoncitos, el collar de diamantes que Drake me regaló la noche anterior. Lo cogí y lo deposité en la mano de Drake, él, por su parte, lo colocó en la mía y me cerró la mano.
-Quédatelo, es tuyo. Quiero preguntarte una cosa.
-Claro que sí.
-¿Es por otro?
-¿Otra vez?
-Sí, otra vez-dio él.
-No es solo por eso, es simplemente que... Siempre supe que teníamos fecha de caducidad.

2 comentarios:

  1. Dios, no he hecho más que leerlo y ya estoy deseando el siguiente!!

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    1. Muchas gracias por leerlo y me alegro mucho de que te guste, por este tipo de cosas escribir es agradable. Hoy publicaré el siguiente. Espero que te guste mucho. Un beso :)

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